Tras la suspensión de nuestras cofradías por las calles por la pandemia que se encuentra en nuestro país, el Consejo de Cofradías y la Archidiócesis, están planteando la celebración de una procesión magna de acción de gracias una vez se extinga el coronavirus. Aunque todavía es una idea que se encuentra sobre la mesa, las dos partes estarían por la labor de que se llevase a cabo, ya que habría que darles las gracias a Dios por librarnos de este mal que ahora mismo nos invade.
No es más que este sentido el que tienen las imágenes sagradas, ya que ya han salido en numerosas acotaciones para ayudar y cuidar al pueblo sevillano. La ciudad siempre celebró el fin de los acontecimientos históricos más terribles con procesiones de acción de gracias. Tras las epidemias, conflictos políticos y bélicos, las catástrofes… ahí estuvo la Virgen de los Reyes, el Gran Poder, el Cristo de San Agustín y las grandes devociones de Sevilla. Esas imágenes a las que el pueblo implora ahora para que la crisis por la pandemia del coronavirus acabe cuanto antes y de la manera menos violenta.
La Virgen de los Reyes entró en Sevilla en 1248 por la reconquista. La patrona de la Archidiócesis salió también el 3 de marzo de 1337 para pedir por la salud de Alfonso XI y, el 29 de enero de 1492, por la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos. La Virgen de los Reyes ha sido la imagen que más veces ha salido en acción de gracias. A las citadas, le siguen la de 1732, por la victoria ante el ejército otomano; la de 1771 por el nacimiento del infante don Carlos; en 1801, por el fin de fiebre amarilla; en 1865 y 1886, por el fin de las epidemia de cólera y en 1939 por la terminación de la Guerra Civil.
Tras el conflicto bélico, en 1939, también salió el Gran Poder. Fue el 3 de mayo de 1939. El Señor procesionó de manera extraordinaria en su paso desde la parroquia de San Lorenzo hasta la Catedral. Una semana después, en la tarde del domingo 7 de mayo, regresó tras la celebración de un triduo sacro en el templo metropolitano.
En 1800, debido a la epidemia de fiebre amarilla, salieron numerosas procesiones, algunas incluso con nazarenos fuera del tiempo de la Semana Santa. En la capital, salieron en rosarios públicos el propio Jesús Gran Poder, el Señor de la Sentencia, el Señor de las Tres Caídas de San Isidoro, la Reina de Todos los Santos; la cofradía de la Sagrada Entrada, con su Crucificado del Amor y el desaparecido Cristo de la Salud de San Bernardo, con muchos nazarenos descalzos delante del paso con cirios; la Virgen del Valle, el Cristo de la Humildad y Paciencia, la hermandad de los Panaderos, distintas vírgenes del Rosario, la Salud de San Isidoro, el misterio de la Exaltación, el Cristo de San Agustín, el de la Buena Muerte de San Andrés; San Fernando, Santas Justa y Rufina, la Virgen del Rosario y hasta el colosal San Cristóbal.
Todos ellos, en distintos días. Antecedentes hay, ahora sólo queda pedir por que acabe pronto el mal que ahora mismo nos invade. Cómo hemos visto, Sevilla siempre le ha dado las gracias a Dios cuando le ha pedido por algún mal mayor que atesoraba al pueblo, éste del coronavirus no es menor y el pueblo, que ahora mismo le pide mucho por todos, le deberá dar después las gracias por todo. Veremos a ver si es en procesión de acción de gracias o no, lo que está claro es que las gracias, después, hay que dárselas al Señor siempre.
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