¡ESTO YA ESTÁ AQUÍ!


Nos encontramos a domingo 18 de marzo y podemos decir que estamos a tan sólo una semana del Domingo de Ramos, el día esperados por todos durante todo el año. Se puede decir, ¡esto ya está aquí! La semana por excelencia de la ciudad más bonita del mundo va a comenzar. 

Estamos a una semana para que sea el día de los niños, sí, de los niños, por que es el día en que todos nos sentimos como cuando éramos chicos corriendo la rampa del Salvador esperando a que la Borriquita comience su estación de penitencia y así un nuevo Domingo de Ramos. Los más mayores verán como sus hijos corren esa rampa ahora y les recordará ese día tan especial, y los más pequeños cofrades la correrán diciendo; Papá, ¿ha salido ya la Paz?Por que no hay nada más emocionante que escuchar en la radio, ver en en la T.V. o simplemente verlo en persona, cómo la cruz de guía de la hermandad del porvenir sale a la ciudad. 

Ese día en que se verán nazarenos de todas las edades de color blanco para terminar con el negro ruán. Nazarenos de blanco que buscarán la paz y quién mejor para representarlo que los niños pequeños del Salvador, pero que no son los únicos, Cena, Paz y Amargura nos representarán con sus túnicas blancas con seriedad como piensa Sevilla. Entre ellos veremos a padres angustiados, por que sus hijos no llegan a la hora marcada por la papeleta de sitio o por que no les encuentra para llevarles el bocadillo de mortadela para que el niño vaya perfectamente toda la estación de penitencia. 

Del domingo pasamos al lunes y la ilusión sigue intacta.¡Qué poquito queda! Después de un domingo maravillo pasaremos a un lunes tranquilo, lleno de alegría aunque gobierne el negro ruán en este día, por que el lunes es de recogimento, como nos muestran en su estación de penitencia los hermanos de Santa Marta, Vera-Cruz, Penas y Museo, aunque cómo cualquier día de la semana Santa sevillana, tendrá la alegría de un barrio que acompaña a sus titulares como lo siente un barrio sevillano, sin prisas pero siempre de frente.

Del lunes al martes milagroso. Un martes que comienza con lo que está marcada esta semana sevillana, comienza en un barrio para terminar en el centro de la ciudad y así recoger todos los sentimientos a flor de piel de la ciudad, por que de sentimientos se recoge el martes Santo. Los sentimientos van de color celeste y crema, cuando la Virgen de los niños desamparados decide salir a Sevilla bajo palio y afrontar un nuevo martes, cuando el nazareno de San Nicolás decide adentrarse en su parque y llamar a la oración, cuando el crucificado de Juan de Mesa recibe todas las oraciones de sus fieles, es que el martes es todo fe y devoción. 

Después de un martes milagroso pasamos a al miércoles más alegre del año. Un miércoles que aunque parezca mentira, Sevilla respira tranquila, por que sabe que hoy todo se centra en Orfila. Un día que comienza en Nervión cuando un Cristo tenía Sed y que tiene sed, por culpa de nuestros pecados y por que Pedro anteriormente lo habrá negado tres veces, por eso lo crucificarán y después de decir las siete palabras morirá y lo descenderán y con el aire baratillero regresará siempre de costero a costero para volver a encontrarse en el monte de los olivos. 

Del miércoles al jueves y la fe sigue intacta. Un día en el que habrá que ponerse la corbata negra y la mantilla, por que Dios ha muerto en Sevilla y eso lo sabe su pueblo. Lo azotará por los Remedios y tendrá su última oración en Feria pero sobre todo Sevilla sabe, que la pasión de Cristo se encuentra en el Salvador. Cuando sale la imagen de Martínez Montañés a la calle, Sevilla entera espera que le absuelva de sus pecados, por que el tiempo se para cuando Él pasa por delante. Pero después de todo un día franático, todavía queda que el Señor pase por tu vera. La espera sigue hasta que, el Señor del Gran Poder te mira y con la mirada de un padre no necesita más palabras, por que así lo entiende Sevilla a la perfección. Y aunque muera en el Calvario, triste y en silencio, en aquella madrugada, y después de caer tres veces en Triana, a Sevilla todavía le queda la mirada de la esperanza, esa madre que se encuentra en Pureza o en la Macarena. 

Un interminable jueves terminó pero todavía queda un viernes de penitencia. De penitencia, así son los viernes en Sevilla, donde la mirada del abuelo te lleva a Triana, para ver como suspira antes de caer muerto, en Triana también cargará la cruz y en San Isidoro volverá a caer después del inmenso peso de nuestros pecados pero que tras una conversación en la Magdalena sabremos que estaremos en el reino de los cielos. Después de ver las lágrimas de la Virgen de la Piedad al tener a su hijo en sus brazos y poder decirle a Sevilla que en tres días estará resucitado. 

Tras terminar el viernes llega el Sábado divino, por que no hay día más clave en el que se pueda ver lo divino de Sevilla y poder rezar en las calles escuchando la melodía que desprende las cornetas y tambores. Por que no hay un día que comience con un Varón de Dolores y que represente el Sol de Sevilla, no hay un día en en el que se pueda ver al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en un mismo paso, para ver que ya es el día en que Sevilla se prepara para verlo resucitar por Santa Marina. Tras el Santo Entierro, se puede ver en Sevilla como aunque por San Lorenzo se encuentra su Madre sola todavía, podemos comprobar ese día como Cristo vence a la muerte, todo eso se puede ver en un día. 

Y al tercer día resucitó como Él dijo y Sevilla lo comprueba cada domingo de Resurrección cuando por Santa Marinase asoma el Cristo que tallara Buiza y una Madre que ya no contiene lágrimas y respira tranquila por que sabe que su hijo se encuentra resucitado en Sevilla. 

¡Qué poquito queda!, ya se ve la rampa en el Salvador, podemos ver palios montados y dolorosas que esperan que llegue el día indicado para pasearse por Sevilla y solucionar los problemas de todos sus hijos cuando los vean, todo se encuentra listo y cada vez queda menos para que podamos vivir una nueva semana Santa. 

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