UNA CRUZ DE CENIZA, NUESTRO COMIENZO


Hoy, 14 de febrero, es miércoles de ceniza, el día del comienzo de nuestra Cuaresma. Es el día marcados por todos los cristianos por que con la imposición de las cenizas, se inicia una nueva estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano, la cuaresma, los 40 días hacia el domingo de Ramos. 

Pero para el sevillano es más que eso, empieza la cuenta atrás para la semana más esperada del año, empieza la cuenta atrás para que la hermandad de la Paz, ponga su cruz de guía en la calle y todos los sevillanos podamos decir: ya es domingo de Ramos. Por que es cuando exactamente a las 13:00 horas escuchamos a la música de cruz de guía tocar los primeros acordes, unos acordes que indican que ya es domingo de Ramos, esos acordes que cualquier sevillano espera escuchar durante todo el año, ya sea por la radio, por la tele, por el móvil o simplemente por que se encuentra en la puerta de la parroquia de San Sebastián, por que a partir de ese momento las agujas del reloj se paran, la cuenta atrás ya ha finalizado, ya es semana Santa. 

Esos eternos cuarenta días, que parecen pocos pero que largos se hacen, que larga es la espera, pero cómo merece la pena. Esos días dónde hay que tenerlo todo ya listo, hay que probarse la túnica, que tu abuela te coja el dobladillo de la capa, para que su nieto vaya como un pincel, por que su nieto no va realizar ninguna tontería, su nieto va a realizar estación de penitencia con su hermandad. Tu madre cosiendo los últimos detalles y dando las últimas "puntás" al escudo del antifaz, tiene que estar todo perfecto. 

Para los nuevos y para los más antiguos esos días son lo mejores del año, cada uno a su manera. El nuevo va lleva todo el año esperando para hacerse la túnica de nazareno de su hermandad, y por fin llegó ese momento, ese momento en que tu madre te dice, vamos a recoger a la abuela y vamos a hacerte la túnica, por que la abuela tiene el papel más importante en estas fechas para los más pequeños y no tan pequeños. Llegas a la tienda, ves los capirotes en la puerta y ya te pones nervioso, te pruebas la túnica y compras el cíngulo o cinturón de esparto, dependiendo tu hermandad y ahora te toca elegir el escudo de tu hermandad, bordado o sin bordar, que llevarás de la forma más orgullosa en el antifaz o en el pecho. 
Y para el más viejo, aunque todos los años es lo mismo, estos días siguen siendo los más especiales, lo vives de forma diferente. Ahora en vez de llevarte a que te pruebes la túnica, eres tú el que llevas a que se la prueben y ese momento te hace recordar y sigue siendo especial. Vas de la mano y llevas a tu hijo o a tu nieto a los besamanos de tus titulares que también serán los suyos y le explicas con devoción qué significan Ellos para ti. Esos días son especiales, emocionantes hasta que más tarde o más temprano, por fin llega el día de la estación de penitencia. 

Todo en el seno de la hermandad empieza a discurrir más deprisa, por que ellos tienen el papel más importantes de todo, la preparación de la estación de penitencia. Tanto en la más sobria, como en la más alegre, su función es la misma y su preparación también, priostía tiene que preparar los pasos y con ayuda de los mas jóvenes de la hermandad todo es más fácil. 
Van llegando la visita de los más devotos, los besamanos, besapiés, ViaCrucis, traslado al paso, todo en apenas 40 días. Ya va llegando el día marcado en la agenda en rojo y redondeado con el subrayador amarillo, el día de la estación de penitencia.

Ya llega el día tan esperado, tan sólo faltan 40 días, esperemos que queda poco...

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