La Pura y Limpia del Postigo recorrió ayer algunas de las calles de la ciudad de Sevilla en su tradicional salida en el mes de diciembre. En las calles se notaba ya un ambiente navideño, las familias compraban sus primeras figuras para el Belén, disfrutaban de las luces, un ambiente que se mezcló a la perfección con el fervor de los devotos de la imagen.
Con un bullicio de personas se presentaba la Avenida de la Constitución, era una muralla humana no había forma de discurrir ayer por las calles de Sevilla. Las luces de colores, el espectáculo de la plaza de San Francisco o los escaparates de las grandes firmas comerciales montan un escenario proclive para que el sevillano acuda a la llamada de su Madre. Pasó porque muchos se la encontraron y no sabían ni lo que estaban viendo, se la encontraron de casualidad, se escuchaba mucho, "mira un paso, vamos a acercarnos". Para muchos es Navidad, para el cristiano es la víspera de la Inmaculada; es adviento. Pero al final el fervor pudo contra el gentío.
La imagen salió de la Puerta de Palos de la Catedral, a las 17:30 y recorrería las principales calles del centro histórico junto a su cortejo para entrar de nuevo en la Catedral, esta vez por la Puerta de San Miguel, pasadas ya las 20:30, la hora a la que estaba registrada la hora de entrada. La voz del capataz y los sones de Cigarreras marcaron el camino de esta imagen, que en todo el recorrido se encontró repleto de público, que buscaba poder contemplarla aunque fuera un segundo, lo necesario para darles las gracias por todo. Un público que en algunas ocasiones, se encontraron con una de las devociones más grandes de la ciudad sin quererlo, pero que se enamoraron de Ella. El amor que desprende es infinito.
Pasó por la ciudad intentando pasar desprevenida, con un paso rápido, con un público que estaba más pendiente de ver las luces y belenes, pero que como todo los años, cuando pasa Ella, el tiempo se para y todos van a verla. Vas el encuentro con Ella como cuando tu Madre te llama cuando eres chico, con la misma ilusión que vas cuando después de mucho tiempo sin ver a tu Madre la ves y le das un abrazo. Así se sintió ayer el sevillano, el reencuentro con su Madre.
Habrá que esperar un nuevo año para poder ver a esta bellísima imagen que guarda las promesas, las lamentaciones,los rezos de sus devotos en la pequeña capilla del Postigo.
Imágenes:
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La imagen salió de la Puerta de Palos de la Catedral, a las 17:30 y recorrería las principales calles del centro histórico junto a su cortejo para entrar de nuevo en la Catedral, esta vez por la Puerta de San Miguel, pasadas ya las 20:30, la hora a la que estaba registrada la hora de entrada. La voz del capataz y los sones de Cigarreras marcaron el camino de esta imagen, que en todo el recorrido se encontró repleto de público, que buscaba poder contemplarla aunque fuera un segundo, lo necesario para darles las gracias por todo. Un público que en algunas ocasiones, se encontraron con una de las devociones más grandes de la ciudad sin quererlo, pero que se enamoraron de Ella. El amor que desprende es infinito.
Pasó por la ciudad intentando pasar desprevenida, con un paso rápido, con un público que estaba más pendiente de ver las luces y belenes, pero que como todo los años, cuando pasa Ella, el tiempo se para y todos van a verla. Vas el encuentro con Ella como cuando tu Madre te llama cuando eres chico, con la misma ilusión que vas cuando después de mucho tiempo sin ver a tu Madre la ves y le das un abrazo. Así se sintió ayer el sevillano, el reencuentro con su Madre.
Habrá que esperar un nuevo año para poder ver a esta bellísima imagen que guarda las promesas, las lamentaciones,los rezos de sus devotos en la pequeña capilla del Postigo.
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