LAS INDICACIONES DE LA ARCHIDIÓCESIS PARA AFRONTAR ESTA SEMANA SANTA


La Archidiócesis de Sevilla, de la mano del delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, ha remitido una carta electrónica a las corporaciones donde se adjunta el tradicional rezo que se emplea en las tradicionales estaciones de penitencia. Este, año, con la complicada situación que ha provocado la suspensión de las procesiones en Semana Santa por la crisis sanitaria del coronavirus, la misiva alcanza un carácter especial en este 2020.

El delegado Marcelino Manzano ha señalado en la carta que acompaña a estos rezos que se envían estas oraciones «como tradición» de cara a la estación de penitencia, «como signo de comunión eclesial, orando y ofreciendo la penitencia por la intención común que el Sr. Arzobispo nos ha indicado». Así, tras la suspensión de las cofradías en la calle por la pandemia de Covid-19, «tenemos que redoblar la plegaria confiada al Señor» y apunta que «no podemos ni debemos suspender las oraciones y los ejercicios de piedad vinculados a nuestras estaciones». Asimismo, el arzobispado hace «especialmente extensiva esta tarea a todas las hermandades de gloria, del Rocío y sacramentales para que en los días de Semana Santa oremos juntos por el fin de la pandemia».

Esa intención común del rezo va encaminada «al fin de la pandemia y por todos los enfermos, fallecidos y trabajadores que están posibilitando actualmente el funcionamiento de la sociedad»

En el correo electrónico remitido a las hermandades se adjunta el ejercicio del vía crucis,«pudiendo cada hermandad personalizarlo o rezar con el texto que habitualmente se use en este acto piadoso (por ejemplo, cuando se suspende la estación de penitencia por la lluvia), o incluso enriquecerlo con oraciones propias a los sagrados titulares», señala Manzano a las hermandades.

Por su parte, esta oración «puede ser rezada, preferentemente, de modo comunitario a través de internet, redes sociales u otros medios de comunicación, especialmente en el día y hora en que la cofradía tenía prevista su salida, a cargo del director espiritual, el hermano mayor u otro miembro de junta o hermano designado para ello. O bien hacerla llegar a los hermanos para rezarla individualmente».

El rezo se inicia por la plegaria antes mencionada por el fin de la pandemia. Tras este texto, se incluye el vía crucis rematado con una oración a la Virgen en estos momentos difíciles. Así, estos textos finalizan con una reflexión final extraída del «Mensaje para la Cuaresma 2020 del Papa Francisco» y con un texto extraído de las «Orientaciones Pastorales Diocesanas 2016-2021».

En ese añadido, el Arzobispado relata a las hermandades que «en el ambiente de secularización que viven nuestros pueblos, la religiosidad popular sigue siendo una poderosa confesión de la fe en Dios. A través de ella el pueblo cristiano se evangeliza continuamente a sí mismo y actúa como canal de transmisión de la fe. Cumple, a su modo, la vocación misionera de la Iglesia». Tras una reflexión sobre la piedad popular, destaca su aspecto social: «El servicio de la caridad y la labor social de nuestras hermandades y cofradías es importante y debe ser justamente reconocida e impulsada. Hemos de reconocer con alegría y gratitud que el compromiso caritativo y social de nuestras hermandades se ha plasmado en muchas iniciativas, como comedores sociales, economatos, instituciones al servicio de niños y ancianos, y en la atención a muchas personas y familias en situaciones de pobreza severa».

Pero, en el tramo final de este texto, este extracto de las orientaciones pastorales presentadas en 2016 hace una crítica al peso mediático actual de las hermandades sobre otros estamentos de la vida eclesial y parroquial: «Son frecuentes los programas cofrades en las radios y televisiones locales. Los periódicos de la capital y de los distintos municipios dedican amplios espacios a las noticias relacionadas con la piedad popular y el mundo de las hermandades. Las redes sociales -facebook, webs de las hermandades…- son muy activas. Incluso los ayuntamientos suelen mostrarse muy colaboradores con las demandas de las hermandades. Esta omnipresencia en los medios de comunicación, sin embargo, eclipsa muchas veces el resto de la vida eclesial diocesana y parroquial».

El texto relatando que «en la piedad popular también podemos reconocer algunas debilidadesque deben ser afrontadas en un acompañamiento pastoral cercano. No podemos ignorar que en las últimas décadas se ha producido una ruptura en la transmisión generacional de la fe cristiana en el pueblo católico. No debemos engañarnos con una visión romántica de la piedad popular, que ciertamente necesita ser evangelizada, si no queremos correr el riesgo de confundir la piedad popular con la afición a lo cofrade».

Finalmente puntualiza que «en ocasiones se acentúan tanto las formas exteriores de las tradiciones que se absolutizan. En ocasiones hay fieles que tienen tal desproporcionada estima a las sagradas imágenes de sus titulares que caen en el fanatismo, en la rivalidad y en la descalificación de las imágenes de la hermandad cercana. Otras amenazas para la piedad popular provienen de la ignorancia religiosa de muchos bautizados y de una visión secularizada de la misma, difundida por los medios de comunicación social». Este documento concluye con una oración final.

Comentarios